Ser abuela de Joaquín, mi nieto con síndrome de Down

Soy Lidia, la abuela de Joaquín y Tomás. Joaquín tiene síndrome de Down.

Mi hija Mercedes y su pareja, Marcelo, se enteraron del diagnóstico de Joaquín durante el tecer mes de embarazo. Recuerdo que vinieron a casa a darme la noticia. Nos abrazamos y lloramos un montón pero después todo siguió adelante. La familia de Marcelo no estaba de acuerdo con seguir con el embarazo pero ellos decidieron que sí.

Luego pasamos por un momento difícil, a los 10 meses de vida de mi nieto. Estuvo muy grave hasta llegar a saber que Joaquín era insulinodependiente. Tiene una bomba de insulina. Ha pasado momentos difíciles. Hay que saber programar la bomba. Hay que entenderlo cuando está de mal humor o se pone caprochoso y a veces puede ser por su estado de salud, que influye.

Él va al jardín y va a sus terapias, aunque a veces no tiene muchas ganas. Su hermano se da cuenta de cuando tiene dificultades para hacer algo y lo ayuda. Yo también doy una mano. Joaquín y su familia viven a la vuelta de mi casa. Estoy sola y colaboro bastante. Es lindo ver cómo Tomi, de solo 2 años, lo ayuda un montón.

Estamos muy contentos, tratando de acompañarlos para que progrese cada día más.

En ASDRA, Dora y Marta me recibieron cuando fui una «abuela panza», cuando supimos el diagnóstico de Joaquín y me ayudaron a entrar en este mundo. Soy admiradora de todas las abuelas y particularmente de ellas, que fue con quienes entré a este mundo que desconocía. Estoy muy agradecida con ellas.

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