Por Carina Gómez
Coordinadora Programa “Alumnos Ciudadanos” (ASDRA)
Hemos finalizado la semana pasada con el ciclo de encuentros orientados a actores educativos sobre la importancia de la inclusión educativa. Esta capacitación surgió como respuesta a una necesidad que advertimos, cada vez con más frecuencia, cuando concurríamos a un colegio para presentar a los alumnos el “Programa Alumnos Ciudadanos” de ASDRA, que destinado a fortalecer valores como el cuidado, el respeto, la empatía y la tolerancia para lograr una buena convivencia. Cuando ingresábamos a los colegios y hablábamos con docentes y directivos pudimos notar que había muchos mitos y prejuicios sobre la discapacidad. Por lo cual, decidimos desde nuestro lugar, contribuir para desarmar ciertos conceptos construidos erróneamente. Ya veníamos trabajando con los alumnos para mostrar la importancia de incluir, pero era necesario intervenir con los actores implicados en la comunidad educativa.
Comenzamos, así, con una capacitación destinada a familias cuyos hijos son compañeros de estudiantes con discapacidad y, luego, la extendimos al resto de los actores educativos.
¡Para nuestra sorpresa tuvimos amplia convocatoria! Participaron, en promedio, cerca de 300 asistentes desde distintos puntos del país, tales como: CABA, provincia de Buenos Aires (Berazategui, La Matanza, Jose C. Paz, San Isidro, Martínez, Villa Ballester, Adolfo Alsina, Morón, Glew, Florencio Varela, Lanús, El Palomar, San Justo, Ingeniero Maschwitz, Villa Ballester, Chivilcoy, La Plata, Trenque Lauquen, Mar de Ajo, Mar del Plata, Tandil, Bahía Blanca, Lobería, San Miguel del Monte, General Lavalle, Monte Grande, Escobar, Ramallo, Pergamino, Punta Alta), Santa Fe, San Luis, Mendoza, Catamarca, Córdoba, La Pampa, Chaco, Misiones, Río Negro, Entre Ríos, Tierra del Fuego, Corrientes, Tucumán, La Rioja, Chubut, Neuquén, Santa Cruz y San Juan. Y también desde el exterior: Uruguay, Perú, Paraguay, Ecuador, Venezuela y México.
Aprendimos mutuamente
Fueron varios encuentros donde todas las personas aprendimos de las demás. Quienes asistieron vivieron situaciones discapacitantes por medio de distintas experiencias que les presentamos, y así pudieron vivenciar la situación de discapacidad en primera persona (y muchos manifestaron que esto les generó miedo, limitación y desafíos).
El primer ejemplo de enseñanza fue el de Noelia Garella, maestra jardinera con síndrome de Down, quien nos enseñó que para ser docente es necesario amar a los niños y tratarlos como personas. Para ella, no fue fácil recibirse de maestra jardinera, porque encontró muchos obstáculos en su camino, pero sin duda sus estudiantes tendrán otra mirada hacia la discapacidad.
Siguiendo este hilo conductor, la Lic. en Psicopedagogía Mariana Altamirano, nos mostró que la inclusión educativa representa el derecho a aprender mencionado en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que tiene implicancia constitucional, por lo cual es un tema de derechos humanos. También explicó que enseñar involucra escuchar a la otra persona y respetarla, entendiendo que cada alumno y alumna aprende de forma diferente, por lo cual, es importante planificar diseñando de una forma que sea accesible para todos y esto beneficia a todo el alumnado porque reduce las barreras para acceder al aprendizaje ya que el aula es diversa.
Por su parte, otra de las disertantes, la Lic. Ayelén Lettieri, continuando con la idea de Diseño Universal de Aprendizaje nos explicó el perfil general de aprendizaje de las personas con síndrome de Down, y resaltó que también hay que tener en cuenta las características particulares de cada persona porque el síndrome de Down no implica que sean iguales (y en congruencia con Noelia nos argumentó que para enseñar a un niño o niña se necesita más corazón que ciencia).
¿Cómo poner en práctica la teoría?
Cuando llegó la hora de evaluar cómo poner en práctica la teoría abordada, la Lic. Josefina Iribarne nos mostró ejemplos de recursos gráficos, edilicios, motores y sensoriales para favorecer la autonomía de estudiantes con discapacidad y nos comentó que para enseñar es necesario hacerlo desde el cerebro de quien aprende y saber escuchar.
Por su parte, Silvana Corso, quien también fue parte de estos encuentros, fue contundente cuando dijo que la escuela dignifica, devuelve identidad y la inclusión es dar sentido a la vida. Por lo cual cuando dejamos a alguien fuera de la escuela se le niega la posibilidad de desarrollarse y, así, de que pueda transformar el mundo. Con esta conducta matamos el destino de esas personas, porque nadie puede decir qué puede o no hacer otra persona. Por tal motivo, llamó a la conciencia para que los equipos directivos se involucren en la inclusión, porque de ellos depende que el resto de los actores educativos puedan llevarla a cabo. Resumió su ponencia diciendo que la única manera de incluir es haciendo y, además, trabajando en equipo (familia, personal directivo, docentes, profesionales de apoyos y estudiante).
Silvana describió a la diversidad como la norma en la escuela y no la excepción. Estar el estudiantado completo dentro de la escuela es el desafío que tiene una institución escolar. La inclusión es un estilo de vida.
La inclusión no se fuerza
Y el mensaje final lo dio la Lic Constanza Orbaiz, quien fue muy firme al expresar que la inclusión no se fuerza, ya que ir a la escuela no tiene que ser una tortura, porque si se hace de esa manera quien sufre es el niño o niña con discapacidad. También llamó a la reflexión sobre los prejuicios y mitos, pidiendo que se deje de etiquetar y focalizar en el déficit.
Como resumen de estas capacitaciones, quisimos: incentivar a cambiar la mirada hacia la discapacidad; derribar barreras que impiden la participación de las personas con discapacidad en el ámbito escolar; animar al desafío de la inclusión haciendo; y entender que el camino de la inclusión requiere el compromiso de garantizar el derecho de abrir las puertas para todo el estudiantado.
Es clave creer, formarse, preguntar cuando no sabemos y dar oportunidades. La única manera de influir es con el ejemplo y, así, comenzaremos a generar una cultura inclusiva.
Como conclusión, queremos transmitir que enseñar es un aprendizaje continuo y que si un niño o niña no aprende, en tanto, no es su culpa… En todo caso, sí, debemos repensar la forma de enseñanza.
Mirá las capacitaciones en:
Jornada 1: https://youtu.be/oBJ-QGJsLhU
Jornada 2: https://youtu.be/Z0xNTbtQuFI
Jornada 3: https://youtu.be/AGQcMtSpizo